Fragmentación

Fragmentación
Adolfo Payes

viernes, 29 de junio de 2007

El hombre, la tecnología y la realidad

En el siglo XXI el hombre se encuentra sumergido en un mundo que lo bombardea con imágenes, información y datos. Sin embargo, le es imposible registrarlos de una manera eficiente y responsable.
Como en un huracán, las ideas pasan a toda velocidad rodeando y mareándolo, mientras que él, solo, estira su mano para tomar alguna de ellas; una sola de las mil que andan dando vueltas. La analiza, la estudia y finalmente la conoce. Pero sólo conoce aquella pequeña fracción de la realidad circundante, porque no todo el mundo tiene el mismo acceso a ese dato, ni de expresarse a sí mismo en él. "Mi" realidad entonces se convierte en un pequeño fragmento de los millones que conforman a la macro realidad.
Desde el surgimiento de la imprenta la información puede llegar a mayor cantidad de destinatarios, democratizando una parte de la cultura reservada, hasta ese momento, para los clérigos-copistas. Pero este invento no sólo fue revolucionario en este sentido, sino en el que el hombre se siente un poderoso creador. Desde entonces su afán y sed de técnica lo llevaron a una caza desenfrenada por el "nuevo objeto tecnológico".
Nuevas tecnologías nacen todos los días suplantando a las "viejas". A tavés de la técnica el objeto nos seduce con la ilusión del poder que tenemos sobre él. Pero "las tecnologías se convirtieron gradualmente en el instrumento de un mundo que creemos dominar cuando en realidad es él el que se impone a través de un equipo del que sólo somos meros operadores." (Jean Baudrillard)
Paralelamente el sentido de la visión es el predominante, las imágenes proliferan en diferentes formatos, ya sea gráfico o el predominante hoy en día, el virtual. Siempre hay una cámara en algún sitio, nada se le escapa, uno puede ser filmado sin saberlo. Antes lo habríamos vivido como control policial, hoy se vive como promoción publicitaria. Hace mucho que la televisón y los media salieron de su espacio mediático para asaltar la vida real.
El problema de la realidad de este mundo lo hemos resuelto con la simulación técnica y con la profusión de imágenes en las que no hay nada que ver. Se vive a través y en la tecnología, viviendo y sufriendo directamente en pantalla, llevando a cabo una revolución no en las calles sino en un estudio de grabación y viviendo el sexo virtualmente a través de la simulación. El mundo de hoy en día, transforma todos los datos, todos nuestros actos, y todos los acontecimientos en información.

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