La duplicación de lo visible: la imagen icónica Las representaciones icónicas se han desarrollado históricamente sometidas a una triple presión genética: la imitativa o mimética de las formas visibles (base del isomorfismo plástico), la simbólica (que implica un mayor nivel de subjetividad o de abstracción) y la convención iconográfica arbitraria, propia de cada contexto cultural preciso. A lo largo de la historia, en cada época, lugar, medio, género y estilo ha predominado una u otra de estas presiones, en mayor o menor medida. El invento de la imagen icónica fue un paso laborioso desde la radical subjetividad inicial, en dirección hacia una objetividad óptica más disciplinada. "Antes que el arte, el hombre creó el símbolo", escribe Sigfried Gideion en su excelente estudio del arte prehistórico. Y añade: “La simbolización nació de la necesidad de dar forma perceptible a lo imperceptible".
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario